SALTANDO COMO EL MAS GRANDE: ALEJANDRO SCOPELLI

IDOLO AZUL



Quien no vio a Fujima, de Slam Dunk, cuando mera el entrenador de Shoyo y a la vez, jugaba por el equipo. Sabe usted acaso, que hubo un jugador así y que no fue cualquier jugador. Un pedazo de jugador, mejor dicho. “Bueno, lo que pasó fue simple, vine como entrenador, pero me di cuenta en las prácticas que mis jugadores eran muy malos. Y yo que todavía podía seguir jugando”.Una leyenda, nada más. Alejandro Scopelli. Conocido como el “conejo”.


El hombre formado en “Racing de Avellaneda”, jugó en el primer campeonato del mundo, y además representó a la selección Italiana en los años posteriores con la “camada fugada”, que saliera campeón en los años 34 y 38. El conejo, conocido por sus espectaculares saltos, y gran velocidad de regate, también jugó por la Roma y el Inter de Milán, ganándose la fama mundial, y ser considerado dentro de los cinco mejores jugadores de su década.

Pero cuando el hombre había terminado su carrera, un llamado de los dirigentes de la “U” lo motivó para dirigir en Sudamérica. Exactamente en el año 1942. Pero para su sorpresa, el platel del chuncho necesitaba más sus locuras, que su sapiencia. Así que decidió ponerse los botines, y se lanzó al pasto. Para nada fue un fracaso. El hombre, se lució, y fue electo el mejor jugador del año 1942. Un astro por donde se lo mire, y artífice de mucho de los bailes que protagonizó ese equipo.

Sus anécdotas en la “U” son recordadas. Como cuando perdió su primera definición de los 12 pasos, frente a Universidad Católica al declarar que “un penal en un clásico no vale, por eso la eché afuera”. Además trajo, a su sobrino, a un tal Óscar Armando García Arrullelo. El mejor Volante izquierdo de la época, quien sólo venía de paseo. Y las veces que durmió las yeguas en los hipódromos para que sus caballos ganaran.

Luego, llegó su turno como entrenador. El hombre impuso un estilo de piel para dirigir, y sus elencos dieron gusto. La “U” en esos años, impuso por primera vez en la prensa los significados de juego bonito y aplaudido. Toda una leyenda que miró, como su carrera terminaba en los azules. Lo dejó todo botado por esta ilusión, que no fue para menos, al ser reconocido rápidamente el mejor jugador de Chile.

Anécdotas de este hombre, hay muchas. Sobre todo en los años 1944 y 1945. Cuando el hombre ya se había retirado (1943) , jugó un partido en cada año, uno frente a Colo Colo y, el del otro año contra Green Cross. Pero aún más. El año 1952, jugó su primer partido internacional con la “U”. Sí, cuando era técnico de la U, se vistió para enfrentar a Universitario de Lima, en la despedida del “Lolo” Fernández. El gran símbolo de la época olvidad. Todo un hombre de fútbol, que dirigía desde la cancha. Una leyenda azul, que nunca más se podrá olvidar.